BETTA SPLENDENS
El pez combatiente o luchador de Siam se
ha convertido en uno de los más populares en los últimos años, son muchos los
aficionados que han incursionado en el mundo de la acuariofilia impulsados por
el interés de conocer más sobre los “esplendidos” bettas como lo dice su nombre
científico refiriéndose a su belleza y otras características.
Naturalmente habitan en aguas que no
presentan corrientes continuas, charcas, arrozales, lagunas, esteros y zonas
pantanosas que se localizan desde Tailandia hasta Malasia.
El luchador de Siam pertenece a la
familia de los Osphronemidae del suborden anabántidos (laberíntidos) estos
poseen un órgano accesorio que les permite respirar oxígeno atmosférico y
sobrevivir en aguas anóxicas, suben a la superficie para tomar aire
acumulándolo en las branquias en forma de burbujas hasta que se le agota y
vuelve a la superficie por más aire.
Morfológicamente es alargado y comprimido lateralmente con el
dorso ligeramente arqueado, su vientre es casi recto, la cabeza, ojos y boca
son grandes en proporción a su tamaño que es 6 a 7 centímetros aproximadamente.
Los machos poseen un conjunto de aletas: ventrales, pectorales, dorsal, caudal
y anal direccionadas hacia atrás que por lo regular los vemos desplegarlas
cuando van a combatir o si están en el proceso del cortejo, las hembras exhiben
aletas más cortas y menos vistosas.
Anteriormente los bettas splendens salvajes presentaban aletas
más estrechas y colores apagados pero su aspecto ha sido modificado por todos
los cruces selectivos efectuados por más de un siglo y medio. Esos cruces
tuvieron origen en “Siam” actualmente Tailandia porque se organizaban peleas de
bettas machos con el fin de apostar, esta práctica dio a conocer a estos peces
en todo el mundo, los ejemplares que encontramos actualmente muestran gran
variedad de colores y formas de aletas.
Su comportamiento es muy agresivo con sus congéneres, si dos
ejemplares están en un mismo espacio se atacan enérgicamente hasta la muerte
aunque no siempre los combates terminan
así porque muchas veces uno de los dos huye. Sin embargo con otros peces
no suelen ser hostiles por lo que pueden
compartir un acuario comunitario.
El pez betta no es demasiado exigente, más adelante detallamos
algunos parámetros que debemos conocer para mantenerlo saludable:
1.
La
temperatura ideal debe estar regulada entre los 24° y 28°C, pueden soportar de
22° a 29°C subir o bajarla de esos límites puede traer consecuencias no
favorables.
2.
La
calidad del agua puede ser neutra o ligeramente ácida con un pH de 6.8 a 7 con
una dureza de 5, si viene directamente del grifo (llave) pueden utilizar
anticloro para acondicionarla o hacerlo de la forma casera que es dejando el
agua reposar por 24 o 48 horas y luego añadimos hojas de almendro que es un
buen complemento porque tiene propiedades antibacterianas que favorecen las
salud de nuestro pez y mejora el pH. También los cambios parciales o completos
semanalmente son necesarios, la frecuencia con que realizamos estos cambios
dependerá de la capacidad de agua que tenga nuestro acuario o recipiente donde
está nuestro betta.
3.
Son
peces carnívoros prefieren el alimento vivo como: la dafnia, larvas de
mosquitos, artemia salina, gusanos grindal, tubifex, microgusano de avena etc.
El hígado de pollo licuado, cocido o desecado, yema de huevo desecada son una
buena opción, también con facilidad aceptan los alimentos comerciales
como el pienso en escamas, también liofilizados y congelados. Es muy importante no sobre
alimentar porque los excesos de comidas al descomponerse dañan la calidad del
agua.
4.
Si
colocamos plantas y vegetación simulando un habiente natural será mucho mejor así
se sentirá más cómodo, pero si no disponemos de eso no hay que preocuparse porque
no es imprescindible estos se adaptan con facilidad incluso a pequeños espacios
básicos.
5. No requiere mucha luz
con una suave será más que suficiente.
6. Para su reproducción es
necesario aislar la hembra y el macho colocándolos en una pecera o cualquier recipiente donde la
temperatura esté en 28° o 30 °C, cuando el macho esté listo comenzará a
construir un nido de burbujas fijado a cualquier planta o superficie flotante
debajo del mismo fecundará los huevos que caen al fondo y posteriormente los
recoge y los coloca en el nido que construyo con anterioridad, después de
completado el proceso retiramos la hembra. El macho se quedara cuidando los
huevos y cuando eclosionan en dos o tres días estará vigilante de todos sus
alevines

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